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Con un clima privilegiado durante todo el año, en el que sus inviernos son templados y sus veranos cálidos, el municipio que alberga esta capital, ha crecido abierto al mar, con un sol brillante que ha bañado con su luz los campos del interior, todo su litoral y los vestigios que de las culturas más remotas, hicieron de Almería, un lugar donde perderse.  

Pueblo perteneciente a la comarca del Alto Andarax, situada al oeste de la provincia, en una zona eminentemente agrí­cola, cuya mayor riqueza está en el cultivo de viñedos y olivo. Su fisonomí­a urbana aún conserva una armoní­a y rasgos tradicionales, lo que le proporciona un aire de tranquilidad y sosiego, realzado por la Iglesia de estilo mudéjar.

Almócita, fundada por los descendientes de Tubal, pervive la historia árabe tanto en sus calles como en su arquitectura urbana, conservando aún la Judería en el Barrio Bajo, con sus habitáculos en ruinas de gran valor. Este lugar, que se muestra tan callado y humilde en su existencia, encierra en su casco urbano la arquitectura morisca mejor conservada de la provincia. Almócita se encuentra situada en una hondonada entre las faldas de Sierra Nevada y la de Gádor, a 837 metros de altitud y dominada por el morrón de La Lagunilla y por el Puntal de los Pájaros. Su superficie es de 31´2 Km, distando 54 km de la capital. Fue fundada por los descendientes de Tubal, pasado árabe del que dan testimonios tanto sus calles estrechas y serpenteantes. Esta localidad se encuentra dividida en tres parajes: el Barrio Bajo o de la Judería, las Espeñuelas y el Secanillo de la virgen. Encierra en su casco urbano la arquitectura morisca mejor conservada de la provincia. El agua que riega sus tierras procede de la Fuente del nacimiento que comparte con Beires y Padules. En 1570 llega a la localidad D. Juan de Austria para la negociación de la reducción de los moriscos sublevados de la Alpujarra, cuya paz se celebró en una […]

Municipio situado entre Sierra Nevada y la Sierra de Gádor, en la porción oriental de la Alpujarra, en el curso alto del rí­o Andarax, y constituido por tres núcleos de población: Fondón, Benecid y Fuente Victoria, enclavados en terrenos de vega y sierra. Posee un interesante patrimonio histórico-artí­stico, destacando la Iglesia mudéjar de Fondón, además de otros edificios suntuosos y casas señoriales.

Municipio situado al pie de Sierra Nevada y frente a la de Gádor. Parte de su término está incluido en el Parque Natural de Sierra Nevada, uno de los paraí­sos naturales de la comunidad, por su riqueza paisají­stica, botánica, fauní­stica y antropológica. Otra parte de sus tierras están dedicadas a la agricultura de huertas, y es la única zona donde se produce uva para vino, de toda la provincia. Pero lo más caracterí­stico de este municipio es la abundancia de agua, pues entre, otras muchas fuentes, aquí­ nace el rí­o Andarax. El pueblo, capital de la Alpujarra Almeriense, tiene a orgullo el pertenecer a esta comarca, y conserva la esencia arquitectónica, gastronómica y de costumbres que la han dado a conocer, convirtiéndose en un lugar ideal para practicar el llamado turismo rural y para visitar su magní­fica Iglesia de la Encarnación, llamada La Catedral de la Alpujarra, obra mudéjar con terminación barroca de extraordinarias dimensiones y muy bien conservada.

Municipio situado en la confluencia de Sierra Nevada y la Sierra de Gádor, en la puerta natural de entrada y salida de la Alpujarra almeriense. Engloba el primitivo Alcolea, al que se unieron Darrí­cal y su pedaní­a Lucainena cuando se construyó el embalse de Bení­nar. Parte de su término está incluido en el Parque Natural de Sierra Nevada, uno de los paraí­sos naturales de la comunidad, por su riqueza paisají­stica, botánica, fauní­stica y antropológica. El pueblo, como todos los de la comarca, se asiente en una ladera, integrándose en el paisaje con su singular arquitectura de casas de techos planos, propias de su pasado morisco, y rodeadas de olivares. Destaca sobre el conjunto la Iglesia de San Sebastián y su singular torre.

Pueblo reciente (su independencia de Bédar data de 1924), situado en la comarca del Bajo Almanzora, en un valle equidistante de la playa y de la montaña, cuyo origen está en la explotación minera de la Sierra Almagrera a principios del S. XIX.

Hermoso pueblo de pescadores, el más importante por esta actividad de toda la costa oriental almeriense, situado un poco más arriba del centro de la costa levantina, en un lugar ideal para el disfrute de sus excelentes playas, de sus instalaciones turí­sticas y de su excelente pescado.

Las tierras de Santaella han atraído a los hombres desde sus tiempos más remotos. Documentada la aparición de éstos en el Paleolítico Inferior, en el más remoto periodo de la Edad de Piedra, continuando su presencia hasta nuestros días. En el amplio término de Santaella se han encontrado abundantes testimonios del pasado que han ido reconstruyendo parte importante del pasado de esta tierra. Los asentamientos de la época del bronce, ibéricos, romanos, visigodos y árabes han dejado cada uno de ellos huella de su paso en las tierras de esta población. Con la llegada de los romanos y los sucesivos años bélicos, Roma acabó totalmente asentada y sometiendo a las poblaciones quedando estas romanizadas y por consecuente también Santaella. Sobre la época romana no se tiene constancia de un núcleo de población como tal. La época ibérica nos deja, quizás, la pieza más importante que haya en el Museo Municipal, la Leona de Santaella. Hallada en el Cerro de la Mitra y se trata de una escultura perteneciente a una tumba. Bajo el dominio árabe se la conoció como Santa-Ialla, conquistada por Fernando III en 1240. Años más tarde fue donada a Córdoba y quedó constituida en municipio en el año 1569. Felipe II le concede su […]

El término de Fuentes de Andalucía se formó en el siglo XIX, por la unión de los señoríos de Fuentes y la Monclova. El reducido término de Fuentes, formado a expensas de los de Écija y Carmona, está situado entre los ríos Genil y Corbones, siendo su principal artería fluvial el río Arroyo Madrefuentes, llamado Guadalbardilla por los árabes. En terrenos del término municipal de Fuentes se constata la presencia humana desde tiempos muy remotos. Los restos arqueológicos que cubren el suelo revelan la existencia en aquellos lugares de pobladores turdetanos durante varios siglos. También en él se encuentra localizada, cerca de la Monclova, la ciudad turdulo-romana de Obúlcula, una de las ciudades béticas de la región turdetana, según Ptolomeo, cuyo nombre proviene de la ciudad turdulo-romana de Obvlco/Ibolca y significa “La Pequeña Obulco”. La villa de Fuentes fue reconquistada a los árabes hacia el año 1248 y en los repartos de Écija se le cita expresamente, apareciendo incluida en val el término de Carmona según el alboz otorgado por privilegio de Alfonso X el Sabio en 1255 a dicha ciudad. La existencia de habitantes en estos lugares en tiempos musulmanes está totalmente aceptada, debido, además de la presencia de restos arqueológicos a la existencia del Castillo de Fuentes, […]

Umbrete es un municipio español perteneciente a la provincia de Sevilla, en la comunidad autónoma de Andalucía. Situado en la comarca sevillana del Aljarafe, dentro del área metropolitana de Sevilla, pertenece al partido judicial de Sanlúcar la Mayor. En el año 2016 contaba con 8.663 habitantes.1​ Su término municipal, con una extensión de 11,9 km², tiene una densidad de población de 618,91 hab/km².2​3​ Se encuentra situado a una altitud de 123 msnm, a 15 km de la capital de provincia, Sevilla, y a 75 km de la ciudad de Huelva.4​ Está comunicado con las ciudades de Sevilla y Huelva a través de la autopista A-49. Existen hallazgos arqueológicos cercanos a Umbrete, como los dólmenes de Valencina de la Concepción, que datan del Neolítico. También hay referencias de las civilizaciones romana, visigoda e hispano-musulmana, que estuvieron implantadas en la zona. La estructura de población se formuló a partir de tiempos de Alfonso X de Castilla “el Sabio”, que en el siglo XIII donó la alquería de Ombret al Arzobispado de Sevilla. En el siglo XVIII fue construido el palacio arzobispal de Umbrete para la residencia veraniega de los prelados sevillanos. La propiedad de dichas tierras y viviendas pasó a manos públicas a partir de los decretos de desamortización del siglo XIX. Hasta mediados del siglo XX, Umbrete era una villa eminentemente rural dedicada a la agricultura, con predominancia de la viticultura y los olivares, pero en sus últimas décadas se desarrolló el sector de la construcción y el de servicios centrado en la restauración, duplicándose su población en este período.